web analytics

Después de tanto

TL;DR: Vuelvo a publicar, poniéndome el reto de hacerlo al menos una vez a la semana (que ya veremos). Muchos textos se irán al archivo muerto, a un subdominio del sitio, y el contenido fresco queda aquí.

Escribiendo

He buscado literalmente cientos de pretextos para volver a escribir en este ya telarañoso blog. No exagero: desde los movimientos sociales, los improbables hechos de la política nacional (soy de México, por si no lo recuerdan), pasando por momentos de profunda convulsión emocional en mi vida. Vamos, literalmente, tiene un año que no publico nada, y antes de eso, meses entre cada publicación.

Estuve analizando, mientras tanto, cuántos de mis bloggers favoritos (de los temas que me interesan realmente) seguían publicando con según qué regularidad. No fue una sorpresa, aunque sí de alguna manera una decepción darme cuenta que, igual que a mí me pasa, dejaron de publicar para pasar a hacer otras cosas de su vida. Wardog, uno de mis top 5, ha intentado recuperar su pluma, aunque parece estar pasando por una época difícil, al menos en lo que a la vida creativa se refiere. Armonth, en su blog Sigt, parece desaparecido, aunque según entiendo, sigue estando en Twitter. Y ni hablar de sitios que, en sus años, fueron importantes, como La Maté por un Yogur, que por ahí de 2009-2010, dejó de existir.

De aquellos polvos, quedan muy pocos lodos. Quizá la pluma más permanente es Lorzagirl, que sumó su proyecto a lo que, tratando de adivinar, será su empresa editorial, y tiene un cartelito de ayúdame a seguir escribiendo. Y digo que ella es la más permanente, porque hasta Román Hernández, con su famoso blog emezeta, ha dejado de escribir por casi dos años.

Dije antes, no me sorprende. Además de nuestras ocupaciones, de las que habitualmente sacábamos tiempo para hacer estos sitios, ha venido a menos el consumo de textos, y ha ido poco a poco, pero últimamente de manera tumultuaria, a consumirse en video, y concretamente, en YouTube. Lo que antes era una queja sobre niños que decían que querían ser youtubers, se ha convertido en una auténtica locura que, Dios nos libre, ha convertido en youtubers no a los niños, sino a sus padres, y al YouTube del comienzoni su madre lo reconoce. Pero ese es otro tema, y no me desviaré en este momento. Ya escribiré o haré video sobre eso. Si acaso algún día hago videos.

He notado, por otro lado, que muchos blogs que dejan de actualizar, como éste, como Sigt, como Emezeta, siguen existiendo. A veces, por nostalgia, y otras por dejar un histórico de lo que alguna vez escribimos. Caso aparte el de Román, que siempre supo rentabilizar su pluma y sus conocimientos, aunque hace tiempo que solo veo que publicita sus cursos por twitter, cursos presenciales por supuesto. Esta tendencia a conservar nuestros sitios (spoiler alert: muchos ni siquiera lo hacemos por los resultados de adsense, que antes daban para pagarnos algún gusto, pero ahora si dan dinero es un milagro), supongo que es un resultado de la baja de costos en el hosting, así como nuestro afán de no ver perdido nuestro trabajo, que al fin y al cabo, también es un trabajo.

Voy a atreverme a resumir en un “es que ya somos adultos —viejos— responsables, y ahora nos absorben nuestras actividades”. Ya no son épocas para alardear, los que alardeaban, sino de rentabilizar todo lo posible. Pero me sabe amarga esta explicación.

Si bien es cierto, tenemos obligaciones y responsabilidades. Somos adultos y no nos haremos más jóvenes. También es cierto que la forma de consumir contenidos está cambiando y a la gente le aburre leer (esto es una verdad a medias, porque hay que verlos en historias absurdas o morbosas para ver si no les gusta leer, que las devoran), y ahora el contenido audiovisual, y cada día menos el audio, es el rey. Y eso supone nuevos talentos qué desarrollar y, la verdad, a muchos les causa entre asco y pereza aprender nada nuevo. También a mí, aunque editar videos no me molesta; más bien, me causa todavía antipatía, y cada año escucho peores cosas de la plataforma.

Habiendo pasado los párrafos de “antes todo era mejor y cómo se extraña la guerra fría”, procedemos a los párrafos de promesas sobre tiempos mejores por venir:

Con apoyo de todo lo que es divino, en Junio de 2020 el dominio va a cumplir 14 años de existencia. Años durante los cuales cambié de dominio dos veces, uno por no poder pagar, y otro por intentar un proyecto fallido, llevando lo que ya estaba escrito a un nuevo dominio. También años en los que algunos colaboradores vinieron, colaboraron y dejaron finalmente de colaborar. Y aquí sigue, con mucho polvo recolectado, y esperando que alguien lo despolille. Y, obviamente, debo ser yo.

Hace años pasé el sitio a un sistema de publicación muy distinto a la tendencia en blogs WordPress, la tendencia; Pelican, el sistema que genera(ba) el sitio, en parte porque quiero garantizar la existencia del sitio por muchos años, en parte porque ha sido un proceso de aprendizaje muy importante para mí y para mis capacidades técnicas. Y eso ha conflictuado de muchas maneras actualizar el sitio, también. Aunque también reviste ventajas, donde la más obvia es que puedo aceptar textos si alguien quiere enviármelos, y yo adaptarlos en cuestión de un minuto, sin necesidad de generar cuentas de usuario. Tampoco admite hackeos (al menos no a los que está expuesto WordPress) lo cual me permite no dar mantenimiento en absoluto, si es que no quiero hacerlo.

Hoy entre las batallitas que he recordado y buscar ponerle fin a este bloqueo creativo, decidí buscar soluciones para escribir de una manera más práctica y poder publicar con más consistencia. No prometo tomar dos o tres horas de mi tiempo al día para publicar diario (que no me haría nada mal, pero de momento no puedo disponer de mi tiempo así), pero sí que puedo usar cinco horas de mi vida para hacer un texto de calidad suprema, bien investigado, de interés y que me de ganas escribirlo, cada semana. Además, con extensiones para Google Docs, ahora puedo escribir en el camino, editar en casa, y publicar con tan solo exportar el texto a lo que se come el blog (Markdown, en este caso).

Desgraciadamente, muchos textos hablaban de cosas concretas, que ya no tienen vigencia y hasta con fuentes desaparecidas WayBack Machine es un salvavidas para recuperar algunas de las fuentes), así que el sitio entero va a pasar por una revisión profunda. Muchos textos dejarán de estar disponibles en el sitio principal, y se irán a un “archivo muerto”. Una suerte de hemeroteca de Internet sobre artículos sin vigencia, que podrán ser consultados de manera sencilla. También voy a poner el muy necesario buscador, que en realidad es una búsqueda personalizada de DuckDuckGo. No me viene bien hacerlo con google (aunque me pagaran), y prefiero alternativas que no me cuesten dinero, sean predecibles y sus resultados me agraden.

Probablemente (aunque no hay una garantía de ello) me vean producir más contenido en otros formatos y plataformas. Si realmente hago las paces con aquello que significa para mí YouTube, tal vez haga videos. Si realmente tengo tiempo, probablemente me escuchen en radio por Internet otra vez. Pero definitivamente, me van a ver más seguido por acá, y me gustará saber sus opiniones sobre los temas que se escriban.

Muchas gracias a cada persona que ha estado en el mundo “real”, AFK. Gracias a ustedes, estén o no conmigo, he podido llegar a este punto. Gracias por su tolerancia y por contener sus deseos de buscarme y darme una paliza. También los quiero.

About the author

Miguel Villanueva

Copyright © 2024. RBTH//Media