Inoportuna
En la vida pasamos por momentos de duda. A veces, la duda es por el
"exceso de algo bueno": nuevas oportunidades aparecen en nuestro camino,
y generalmente lo hacen acompañadas de un riesgo que puede parecer muy
alto.
Dependiendo de nuestra tolerancia al riesgo (sí, eso existe), podremos
tomar o no decisiones que nos darán buenos o malos resultados.
Por ejemplo, llega un punto en que queremos cambiar de trabajo por
mejorar nuestro entorno de trabajo, o casi siempre, porque queremos un
mayor beneficio económico. También puede pasarle a un estudiante
universitario que su carrera no sea su sueño dorado, y descubra que sus
habilidades en otras materias le atraigan más. Por supuesto, el costo de
cambiar de empleo o de carrera puede ser muy alto, y hay que asegurarnos
que valga la pena, pero... hasta en eso, nuestra capacidad de soñar es
primordial, y a veces puede ser un lío porque tememos por un lado que el
descubrimiento de nuevas oportunidades no valga el precio de sentir
seguridad.
Jorge Drexler, uno de mis compositores favoritos, nos regala una
reflexión, aparentemente desde una perspectiva de relaciones, pero yo lo
aprecio más como el diálogo de un hombre que debe tomar una decisión
sobre la oportunidad que se le presenta.
"Quien no lo sepa ya lo aprenderá de prisa: la vida no para, no espera,
no avisa".
"Eran más bien los días de arriar las velas", o sea, de hacer un alto,
"toda señal a mi alrededor decía 'cautela'. Tantos planes, tantos
planes, vueltos espuma. Tú, por ejemplo, tan bienvenida, y tan
inoportuna".
Del disco "12 segundos de oscuridad", un casi homenaje a la duda, se
desprende tremendo tema del que hablo.
El audio, por Gruvsharc:
Y el video, por llutuv:
¿Les ha pasado una inoportuna oportunidad? ¡Coméntenlo!