Hasta en las mejores familias.
Si me leyera uno de mis mejores amigos que también gustan de la informática pasaría por una de dos cosas: una, que me quemara en leña verde, por ser un "hereje" de la computación de hackers (léase y mal entiéndase Linux); o bien, que nos enfrascáramos en una discusión larga y tediosa. En realidad, le respondería finalmente, no soy un jaquer. Ni siquiera un informático. Solo soy alguien que quiere ser diferente a la generalidad.
Y por qué, amable y muy escaso lector, se preguntará, por qué me metería en problemas por esta cuestión. Pues es simple: por la sencilla causa de que considera que Linux (y cualquier sistema Unix-like) es un sistema exclusivamente para hackers. Uno de esos sistemas que solo tienen pantallas negras y textos que solo parecen descifrables para algunos iniciados. De alguna manera tiene razón. Hoy pude comprobar que actualizar mi OpenOffice es un verdadero problema si no tienes los conocimientos mínimos indispensables para controlar tu sistema. Si es tu caso, debes comenzar a leer tus manuales para comprender menormente detalles que tienen que ejecutarse desde la consola del sistema. En fin que después de todo, esto no fue un gran problema para mí, gracias sobre todo al Internet y los usuarios avanzados que prodigan su conocimiento por este medio.
Pero volvamos al tema central. Mi amigo en todo caso me felicitaría de usar mi Linux (hoy lo confieso: utilizo mandriva 2006) y me mandaría al demonio por usar un manejador de ventanas (que para los hackers de hoy en día no es ningún problema porque te complica menos la vida) que, en mi caso es KDE...
Y aquí me meto en problemas con alguien que, por una u otra causa, aunque por un muy breve tiempo, conocí: Miguel de Icaza. Y es que como KDE utiliza(ba) un sistema no libre (non-free en el argot de Linux), por eso comenzó su desarrollo de Gnome.
Actualmente, todos los manejadores de ventanas utilizan 100% módulos libres (free, like freedom, non like free beer), así que esto ya no tiene razón en sí. Pero si hace unos tres o cuatro años hubiera reconocido por un instante que utilizaba (que no era así, por cierto) KDE, entonces habría sido lapidado por una muy generosa legión de hackers.
Hoy, quizá sigan las pugnas, pero cada vez son menores. Y es que hay de todo: KADEístas, Gnomos, entre bastantes otros. Y es que en realidad sí hay razones para tomar partido por tal o cual sistema gráfico. Yo prefiero KDE por su sencillez y suave curva de aprendizaje. Y otros prefieren a Gnome por sus características especiales y software incluído que lo hacen espectacular. Enlightment es muy personalizable, y la lista sigue y sigue.
Igual que en las distribuciones de Linux (donde Ubuntu lleva la delantera por su entera gratuidad y Mandriva es rey por su software preinstalado y facilidad de uso), igual pasa con los gestores de ventanas.
Hay peleas en todos lados. Hasta en las mejores familias.