El amo de la mentira
Ayer (en realidad, antier) un chico vino y se puso a jugar un título que yo conozco. Confesó que nada sabía del dichoso juego, así que le dije que yo lo tuve. Comenzamos a platicar y como veía que no lucía mucho en el dichoso juego, pues le pedí un chance, ya no para impresionar, sino para desoxidar las articulaciones de los dedos.
Pues bien... me acordé bastante de los movimientos en el juego, de las teclas... esas cosas que uno suele olvidar cuando se pierde de jugar tanto. El chico solo podía ver a la pantalla y decía "oye, qué bien... luce fácil".
También en el diseño pasó lo mismo:
Cierta vez, cuando todavía trabajaba en una empresa de rotulación, el jefe me pidió el recorte de unas fotos, y se me ocurrió utilizar el método más fácil y rápido (que no el mejor ni el que mejor luce, pero como poderoso caballero...) que es utilizar la pluma en photoshop y crear selecciones. Me pidió —el jefe— una oportunidad de probarse... "se ve fácil" me dijo después de unos fallidos intentos por tratar de usar las herramientas. Claro que no logró mucho.
Eso pasa cuando la gente sólo ve el monitor. "Ha de ser sencillísimo; veo cómo lo va haciendo solita la computadora". Ilusos. Cuanto más sencillo parece, más pericia tiene el operador. A veces, cosas tan sencillas como la programación (en realidad es sencilla, pero es críptica y por eso casi nadie la practica) nos parecen terriblemente difíciles. Pero a la hora de hacer las cosas realmente difíciles, al utilizar herramientas visuales, creamos la percepción de que es muy sencillo. Voy de acuerdo cuando me dicen que, comparativamente y en retrospectiva, el trabajo del diseñador promedio (en la actualidad) no tiene nada que ver con el diseñador de restirador y estilógrafos. Pero realmente, sí que se necesitan conocimientos y experiencia para lograr lo que se logra en todo el proceso creativo y productivo en cualquier rama.
Creo que los usuarios deberían dejar de lado los programas de oficina que utilizan y darse, no digo una empapada, sino un leve chapuzón, en aquellos temas en los que cree que la informática hace fácil (y por eso mismo creen que abarata) el proceso productivo.
Y después que nos llamen.