Cuando calienta el sol en mi PC
Regularmente recibo equipos de cómputo para su reparación, casi siempre con problemas de desempeño y lentitud. Cuando les digo a los clientes que, si bien sus sistemas podrían estar dañados, el problema principalmente es la falta de enfriamiento, casi siempre recurren a soluciones más "económicas", que por lo general llevan el horrible nombre "formateo".
Uno de los principales problemas culturales hoy en día es que "todo está incluído" y "lo que no fallaba no tiene por qué estar mal". La falta de mantenimiento y seguimiento es uno de los principales errores de nuestros días, dentro y fuera de los entornos empresariales. Tras 15 años de estar involucrado en la industria de la informática, en mayor o menor medida, puedo decir que todavía hay mucho que enseñarle a los usuarios.
El principal asesino de computadoras es y será el calor. El principal causante del calor no es sino el polvo, pero también componentes mal instalados, poca pericia de los ensambladores al poner la grasa térmica sobre el procesador y en el disipador, o una grasa térmica de mala calidad (una nota: la grasa térmica que incluye el disipador cuando recién compramos un procesador regularmente es de calidad media o simplemente mala).
Me ha costado demostrar sin que los clientes se arrepientan de buscar mis servicios, pero hoy encontré un excelente trabajo por parte de Tom's Hardware, de hace ya 6 años, pero que ilustra perfectamente, con hechos y un método puramente práctico (dejan los procesadores cocinarse sin disipador) qué consecuencias puede tener dejar un procesador sobrecalentarse.
Aunque quitar el disipador es el extremo de lo que he intentado probar repetidamente, no es extraño encontrarse con motherboards chamuscadas por un mal ensamble o por dejar que el procesador alcance los 100°C solo por no hacer caso de las recomendaciones de los técnicos.
Lo que no ilustra el video es que los procesadores Intel que probaron ya no funcionan de la misma manera que antes. Una vez que un procesador alcanza por primera vez los 100°C, los procesadores Intel (que están debidamente protegidos por el escudo de metal que vieron en el video) y todos los procesadores multinúcleo actuales, quedan dañados por el exceso de la temperatura. No por nada las motherboards tienen una protección para altas temperaturas que apagan el equipo al superar la temperatura ideal, o la que el técnico o usuario hayan configurado en ella.
Sin embargo, técnicos inexpertos, o de franca mala fe, suben el valor hasta los 80 o 90°, sin importar que a esas temperaturas es tremendamente probable que falle el procesador, si bien no se apague el equipo. Errores de escritura en discos duros aparentemente sanos, errores de procesamiento, fallos de programas en sistemas sin virus entre otros, son causados por el exceso de calor.
Por ello, siempre es recomendable que con cada mantenimiento preventivo o correctivo, se revise el hardware para conocer el estado en que se encuentra, y no llevarnos desagradables sorpresas después.
A ti, ¿te ha pasado que tu procesador falle seguido? Cuéntanos, y danos tu opinión.